Tradicionalmente para los melómanos y público en general, la ópera Carmen ha estado siempre vinculada a la voz y a la figura de una mujer, una mezzo quien la protagonizaba. En la época dorada de Miguel Fleta, el protagonista indiscutible de dicha ópera fue el tenor.

El debut del joven tenor en su presentación, en el Teatro Real de Madrid el martes día 7 de marzo de 1922, en el rol de don José de Carmen, se anunció con casi todas las localidades vendidas. Era tal la expectación, que llevó al coliseo real, con ocasión de la segunda función de Carmen a toda la sociedad madrileña, incluida la Familia Real.

Una gran expectación por escuchar al joven tenor recorrió los mentideros líricos madrileños. “Los habituales al Real y el gran público de Madrid, oirán dentro de pocos días a un tenor español que actualmente triunfa de un modo clamoroso: Miguel Fleta”. Reputado por muchos críticos como la mejor voz de esos años se encontraba, antes de venir a España en Roma, donde Fleta electrizó al público italiano, imponiendo su reinado en el escenario como el mejor cantante del momento.

Miguel Fleta llegó a Madrid el día 3 de marzo. Es un joven simpático, tímido; con porte elegante y representa más edad que la tiene. Las primeras palabras que pronuncia el aragonés a su llegada son en castellano pero con giros y mezcla palabras del italiano.

En el Teatro Real cantó cuatro funciones de Carmen y otras cuatro de Tosca, llegando su público al delirio con este título pucciniano.

Abandonó la península el 31 de marzo camino de Génova y una gira suramericana