En 1717 tuvo lugar el traslado de la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz, con lo que su puerto se convirtió en uno de los más importantes del mundo.
Se creó también la Escuela de Guardias Marinas, el Real Observatorio de la Armada…
Los barcos que atravesaban todos los Océanos echaban el ancla en la bahía, trayendo en sus bodegas especias, tabaco, azúcar, cantes… y también esclavos, como nos recuerda el “callejón de los negros”, a un paso de la antigua fábrica de tabacos. Los comerciantes gaditanos arriesgaban su dinero en aquellos grandes viajes, y aunque alguna vez perdían muchas ganaban, e iban construyendo esa ciudad maravillosa que vemos hoy, una “cápsula del tiempo” en la que ha quedado atrapado ese siglo de oro en el que Cádiz fue la ciudad más moderna y abierta al mundo de España.
Aquello convirtió a Cádiz en la ciudad más americana de España (aunque como dicen ellos, que son gente sabia, es América el continente más gaditano), culta, abierta, liberal, rica… y muy especial, sobre todo por su geografía, porque… ¿sabíais que Cádiz es una isla?

Pues sí, y eso la convirtió en el último reducto que los franceses no pudieron conquistar en la guerra de la Independencia. Y por esa razón las Cortes se reunieron aquí a elaborar una Constitución que sería la tercera del mundo: la primera vez en la que nos reunimos todos (españoles de España y españoles de América, nobles y no, liberales y conservadores, gentes de Iglesia y laicos) a debatir sobre cómo queríamos que fuera nuestro futuro.

¿Os venís con nosotros al Cádiz de las Cortes? Una ciudad pequeña (no tiene más espacio) pero grande, sitiada por los franceses (que viven bastante peor que los sitiados) pero con un puerto abierto por el que sigue llegando de todo, que canta sus penas (no hay nada más gaditano que eso) y sus alegría (un palo del flamenco que nace de las jotas que llevaron allí los aragoneses)… En fin, una ciudad apasionante en la que está ocurriendo algo emocionante de verdad, que culmina el 19 de marzo de 1812 con la proclamación de la Constitución al grito de ¡¡¡VIVA LA PEPA!!!