Inaugurado en 1799, ha sufrido a lo largo de los siglos XIX y XX diversas reformas, de las cuales destacan las de 1858, llevada a cabo por José de Yarza, la de 1870 por Ricardo Magdalena, y la de 1940, por Regino Borobio. La más importante fue la de Ricardo Magdalena, que se inspiró en el modelo de planta del teatro de la Scala de Milán y fue el momento en el que se creó una nueva fachada y se reformó el interior, donde el pintor Marcelino de Unceta creó una nueva decoración en donde destacan las pinturas del escenario y de los laterales en las que se representa a los principales autores teatrales españoles.