Su talento musical único y su enfoque innovador lo han colocado entre las mentes musicales más originales de la actualidad. Gracias a su criterio artístico intransigente y su dedicada búsqueda del ideal de expresión musical, Pogorelich ha logrado, en más de cuatro décadas de actuación, auténticos logros, apreciados tanto por el público como por la crítica. Además de su rica y diversa carrera profesional de cuarenta años en los escenarios del mundo, Pogorelich está comprometido socialmente, principalmente en trabajo humanitario y ayudando a artistas jóvenes. Para apoyar a los jóvenes músicos, creó en 1986 el Fondo para Jóvenes Músicos en Zagreb, destinado a financiar su educación profesional en el extranjero. Por su versátil compromiso en la promoción de los más altos valores de la cultura, el arte y la educación en el contexto internacional más amplio, Pogorelich fue el primer músico clásico en recibir el honor de ser nombrado Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO en 1988.